Con un reconocimiento total a la coordinación que prevaleció por parte del Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY), esta semana finalizaron las sesiones de trabajo relativas a las obras contempladas en la primera etapa del desarrollo habitacional Ciudad Caucel II, para dar paso a las que habrán de edificarse en la siguiente fase.
El director general del IVEY, licenciado César Armando Escobedo May, agradeció a directivos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (JAPAY), así como a constructores y desarrolladores, la paciencia y colaboración demostradas para salir delante de las discusiones, así como la cooperación que mantuvieron en todo momento.
“Las instrucciones del Gobernador Rolando Zapata Bello fueron precisas, realizar reuniones semanales para que se solucionen a la brevedad posible los problemas que fueran surgiendo y de esta manera avanzar mucho más rápido en la conclusión de la primera etapa”, comentó.
Añadió que solamente faltan detalles mínimos relativos a este tema, a los que el IVEY dará seguimiento personalizado y a partir de la próxima reunión comenzará a abordarse lo relativo al avance de obras de la segunda etapa de dicho complejo inmobiliario.
Escobedo May enfatizó que los factores clave en estos diálogos fueron la coordinación y el apoyo mutuo, que al materializarse garantizan no sólo una adecuada planeación urbana, sino que los servicios que se ofrezcan cumplan con los estándares de calidad requeridos.
El presidente saliente de la delegación en Yucatán de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI), Carlos Medina Rodríguez, en nombre de los desarrolladores, hizo un reconocimiento al licenciado Escobedo May por el entendimiento que hubo en todas las juntas, ante lo cual declaró que “estas mesas de trabajo fueron fundamentales para salir adelante”.
Por su parte, el ingeniero Abelardo Alcocer Hernández reconoció también la labor realizada por el director general del IVEY, quien decidió “tomar el toro por los cuernos”, lo que permitió que en seis meses se encausaran y terminaran las obras, en conjunto con los desarrolladores y constructores.
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