Para preservar las tradiciones, este viernes por la noche se llevó a cabo en el parque Independencia, una muestra de altares con la participación de escuelas, dependencias e instituciones de este puerto.
Con esta se conmemoró el Día de los “Fieles Difuntos”, con el propósito de preservar la cultura y las tradiciones populares de nuestro estado.
Los asistentes pudieron apreciar colores, olores y sabores que conforman esta atmósfera de las ofrendas tradicionales, tales como incienso, flores de cempasúchil, papel picado, velas, los tradicionales tamalitos, chocolate, pan de muerto, dulces y frutas de la época.
El Hanal Pixán, o comida de los muertos, es una tradición que sin duda manifiesta un profundo sincretismo religioso, la cual sigue manteniéndose viva a pesar de la invasión de costumbres extranjeras.
En ella se mezclan sentimientos contrastantes como el dolor de perder a un ser querido, unidos al colorido de la fiesta y la diversión propios de esta tradición.
El punto angular de los altares de muertos es la creencia de que el espíritu de los difuntos regresa del mundo de los muertos a éste, para convivir con sus familiares durante un día, departiendo con ellos, consolándolos y confortándolos ante su pérdida.
Como se sabe, la festividad del Día de los Muertos se divide en dos partes, la primera el Día de todos los Santos que se celebrada el uno de noviembre y la del Día de los Muertos para el dos de noviembre.
Con esta se conmemoró el Día de los “Fieles Difuntos”, con el propósito de preservar la cultura y las tradiciones populares de nuestro estado.
Los asistentes pudieron apreciar colores, olores y sabores que conforman esta atmósfera de las ofrendas tradicionales, tales como incienso, flores de cempasúchil, papel picado, velas, los tradicionales tamalitos, chocolate, pan de muerto, dulces y frutas de la época.
El Hanal Pixán, o comida de los muertos, es una tradición que sin duda manifiesta un profundo sincretismo religioso, la cual sigue manteniéndose viva a pesar de la invasión de costumbres extranjeras.
En ella se mezclan sentimientos contrastantes como el dolor de perder a un ser querido, unidos al colorido de la fiesta y la diversión propios de esta tradición.
El punto angular de los altares de muertos es la creencia de que el espíritu de los difuntos regresa del mundo de los muertos a éste, para convivir con sus familiares durante un día, departiendo con ellos, consolándolos y confortándolos ante su pérdida.
Como se sabe, la festividad del Día de los Muertos se divide en dos partes, la primera el Día de todos los Santos que se celebrada el uno de noviembre y la del Día de los Muertos para el dos de noviembre.