Antes de abordar los puntos centrales de mi intervención, quiero expresar y compartir un sentimiento muy personal.
Ese sentimiento es de agradecimiento, de realización, de gran emoción, por haber sido elegida como Secretaria General de nuestro partido.
Después de toda una vida dedicada a nuestra organización; después de haber sido candidata del PRI a Presidenta Municipal, a Diputada Local, a Diputada Federal, a Senadora de la República y a Gobernadora de mi Estado, es un verdadero honor y una distinción que valoro enormemente, estar ahora del otro lado de la estructura política.
Porque alguien que ha sido candidata, verdaderamente atesora el tener ahora la oportunidad de hacer ganar a nuestros candidatos.
Gracias, desde el fondo de mi corazón, muchas gracias por esta oportunidad.
Sepan que tengo el coraje, la determinación y el amor por nuestro partido y su ideología, que se necesitan para dar los resultados que ustedes se merecen.
Agradezco también al Presidente de nuestro partido, a César Camacho Quiroz, un priísta que es líder ejemplar, un hombre probado en los hechos, la oportunidad de que trabajemos juntos y que juntos seamos un gran equipo.
Gracias a todos los delegados que me han dado su confianza, gracias a los liderazgos morales y de sector de nuestro partido, gracias a cada militante, en la posición más encumbrada o en el comité más pequeño y modesto de nuestro país.
Ahora bien, sé muy bien que recibo la encomienda de la Secretaría General de nuestro partido, junto con un enorme y muy importante legado.
El legado de un partido triunfador, un partido que después de 12 años vuelve a ser, de manera indiscutible, la primera fuerza política de nuestro país.
Y más importante aún, el legado de un partido que recupera la Presidencia de la República, y con ello la posibilidad de darle un nuevo y mejor rumbo a México, bajo el liderazgo experimentado del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto.
Ésa es una realidad por la que los priístas nos hemos esforzado mucho, una realidad en la que hay que reconocer y aplaudir las contribuciones cruciales de Pedro Joaquín Coldwell y de Cristina Díaz.
A ellos dos, como parte de este equipo, como Secretaria General y como priísta, mi más sincero y absoluto reconocimiento.
Su legado es enorme, es histórico, y entiendo perfectamente la obligación que tenemos de cuidarlo y de hacerlo crecer.
Nos toca llenar un traje muy grande, nos toca llenar zapatos y zapatillas muy grandes; y por eso vamos a trabajar, voy a trabajar, hombro con hombro, con nuestro dirigente nacional, César Camacho, para estar a la altura de las circunstancias.
Y precisamente porque recibimos muchos éxitos, es por lo que hay tanto trabajo por hacer.
Un partido triunfador, un partido que transmite confianza, un partido de responsabilidad joven y dinámica, es el partido que más trabajo tiene que hacer en sus cuadros, en sus estructuras, en su trabajo de territorio, en su esfuerzo en cada elección.
Hoy más que nunca, en el PRI se hace realidad el proverbio que dice que: “El premio al trabajo bien hecho es la oportunidad de más trabajo, mucho más trabajo.”
Ganar, convencer, contribuir y construir la Nueva Grandeza de México, el Nuevo Tiempo de México, tal y como lo ha dicho el Señor Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, NO es para nosotros una oportunidad o una posibilidad.
Construir el tiempo de México, para mí y sé que también para el Presidente del Partido Revolucionario Institucional, es y será una obligación.
Como será también una obligación construir ese México con acuerdos, con consensos, en el marco de iniciativas esenciales como el Pacto por México.
Por eso, a partir de este momento, con el Presidente de mi partido como testigo, con tantos invitados distinguidos…
Con los hombres y las mujeres que nos han hecho, nos hacen y nos harán fuertes, yo me obligo, yo me comprometo, a estar presente, a estar lado a lado, con cada uno de nuestros candidatos.
Estar ahí, donde de verdad importa, en el territorio, en el municipio, en los comités distritales, con los jefes de manzana, ésa NO es la esperanza que le doy a los militantes que el año que viene tienen muchas pruebas que superar, ése es el compromiso que como Secretaria General hoy asumo con ustedes.
Con el apoyo de mi Presidente, voy a estar en cada elección, en cada contienda, voy a estar donde están los retos, donde están los problemas, donde están los desafíos, donde hay que tomar decisiones.
Un PRI ganador, un PRI al que los mexicanos ven de nuevo como su mejor certeza, como la mejor promesa para reencontrar el camino, tiene que ser un partido de trabajo incansable y de impulso permanente.
Ustedes me conocen, saben de mi emoción, saben que mi corazón priísta NO se cansa, y NO voy a desperdiciar la oportunidad de marcar diferencias y hacer tantas cosas a nivel nacional.
Me gusta trabajar en equipo, creo en el trabajo en equipo, y por eso voy a estar donde el equipo priísta me necesite.
Porque hoy por hoy, el PRI está llamado a ser el jugador más organizado, mejor estructurado, con presencia territorial más profesional y el jugador que haga los cambios en este gran equipo que se llama México.
El México que, como todos lo escuchamos fuerte y claro el 1º de diciembre, está llamado a ser una potencia, está llamado a ser una Nación justa y está llamado a que éste sea su tiempo, su década, su momento y sus años de triunfo.
Ésa es mi promesa, ése es mi compromiso, y los compromisos en este PRI se cumplen.
Y yo voy a cumplir.
¡Muchas gracias, muchísimas gracias!
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