En un día como hoy el recordar al Generalísimo José María Morelos y Pavón no significa rendir homenaje póstumo a una persona, sino refrendar el nacimiento de un símbolo y un estandarte libertario que movió, con la fuerza de su voluntad, las montañas del oprobio que pesaban con la fuerza de 300 años de dominaciónLo anterior fue manifestado por la regidora Elvia Margarita González Palomo, regidora de cementerios al inicio del discurso efectuado en la ceremonia conmemorativa al CXCIII aniversario luctuoso del llamado Siervo de la Nación en el parque que lleva su nombre.
Abundó “Cuando en los primeros días de octubre de 1810 Morelos supo de la revolución iniciada por Miguel Hidalgo se presentó ante él para ponerse a su servicio, ante lo cual el Cura de Dolores le extendió el nombramiento de brigadier.
A partir de entonces, José María Morelos y Pavón, el Siervo de la Nación, se distingue del resto de los insurgentes por muchas razones, de entre las cuales sobresalen su genio militar y su enérgico espíritu patriota. Añadió: En el 193 aniversario de su muerte, rendimos homenaje al hombre que ofrendó su vida por el país que hoy habitamos: un México que, proyectándose al futuro, deberá guiarse a través de la senda marcada por la vida y la obra del Siervo de la Nación.Fue en 1814 cuando Hermenegildo Galeana, uno de sus principales colaboradores, cayó en acción, y el congreso que el cura de Carácuaro había conformado decidió trasladarse a Uruapan, pero en el camino fue emboscado por tropas realistas al mando del coronel Manuel Concha, por lo que en su esfuerzo por mantener a salvo al congreso, Morelos fue hecho prisionero
No hay comentarios:
Publicar un comentario