La cultura yucateca como ente vivo en constante transformación, que posee influencias prehispánicas y españolas, así como de creadores contemporáneos, fue el hilo conductor de los espectáculos Leyendas Mayas y Fiesta en Izamal, presentados la noche del sábado en la Explanada Sur del Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI.
En el marco de las actividades del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2013, el programa “Escena yucatca”, que tiene como objetivo abrir espacios para los creadores y artistas de todo el estado, presentó dichos eventos en los que se dio cuenta una vez más de la amplia riqueza cultural de la entidad.
Resultado de la iniciativa de los músicos José Carlos Rodríguez, Norberto D’vela, Fernando Cardeña e Ivonne Revah, el evento Leyendas Mayas conjunta relatos tradicionales en voz de don Esteban Abán Montejo y composiciones que evocan ritmos prehispánicos, pero ejecutados con instrumentos como la marimba y la tuba, así como percusiones modernas.
Ante cerca de mil personas, Abán Montejo narró en lengua maya pasajes del “Popol vuh”, libro sagrado de la ancestral cultura, al tiempo que los músicos adecuaban sus interpretaciones a la intensidad del relato que de momentos llegaba a niveles épicos.
La manera de crear aluxes, cómo presentarles ofrendas con tabaco, miel y alimentos, y la encomienda que tienen esos míticos seres para cuidar la milpa, fueron algunos de los aspectos que relató el también artesano procedente de Izamal, Pueblo Mágico de México.
El concepto de musicalizar la narración de las leyendas tradicionales, explicó el tubista José Carlos Rodríguez, parte de la necesidad de ofrecerle al público un evento en el que la eufonía de la lengua maya sea primordial, al tiempo que se difunden historias como la de la Xtabay.
Para complementar el programa, brindando una visión histórica y artística de la evolución de las danzas tradicionales, el Ballet Folklórico del Centro Estatal de Bellas Artes (CEBA) plantel Izamal, bajo la dirección de Armando Várguez, hizo un recorrido lleno de color y dramatismo por las diferentes etapas que dan raíces a la vaquería como hoy la conocemos.
Con el título Fiesta en Izamal, el Ballet de esa histórica localidad inició el trayecto artístico con estampas prehispánicas en las que se representó el juego de pelota, la caza del venado, las guerras entre los mayas antiguos y las bodas de la realeza, entre otras.
Cimentada en una investigación exhaustiva, con vestuarios que recreaban cada época, la puesta en escena manejó extractos del libro “La tierra del faisán y del venado”, de Antonio Mediz Bolio, para simbolizar la caída de los mayas y el inicio del mestizaje en los 300 años de la Colonia española.
Así, con un baile de flamenco gitano, seguido de una coreografía de jota aragonesa, los asistentes tuvieron la oportunidad de apreciar cómo la danza española se fue integrando y transformando hasta las antiguas formas de la jarana yucateca.
Acompañado por la Orquesta Jaranera Juvenil de Temax, los integrantes del Ballet escenificaron los orígenes de la fiesta de la vaquería en las haciendas, donde las mujeres preparaban el cochino para la comida, mientras los hombres tomaban licor de balché.
Conforme avanzó el espectáculo, se hizo más notoria la estilización del traje y las influencias musicales de la jarana; de esa manera, de sencillos hipiles, las bellas mestizas salieron con vistosos ternos, joyas de filigrana y coloridos tocados, en tanto que el sencillo calzado de los mestizos se convirtió en alpargatas que rechinan y el paliacate pasó del cuello a la pretina del pantalón.
Aderezada con poemas que hacían referencia al sincretismo cultural entre lo español, lo maya y lo mestizo, Fiesta en Izamal abordó en escena las danzas tradicionales de la vaquería como se ejecuta hoy día, con el baile de las cintas y las suertes con equilibrio de bandejas.
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