Artesanos del puerto se manifiestan preocupados por la cancelación de las embarcaciones de recreo hasta nuevo aviso, pero lo que más desesperados los tiene son los rumores de que la inactividad se podría alargar más de la cuenta si los Estados Unidos no aprueban el regreso de las embarcaciones a las costas mexicanas por temor de que sus compatriotas se puedan enfermar por el virus de la influenza, cuyo número de enfermos ha rebasado ya al contabilizado en nuestro país. Ante la noticia de una larga inactividad prestadores de servicio manifiestan estar con el nudo en la garganta pues no sabemn a bien cuando será la fecha en que las naves de recreo estén de vueltas en playas yucatecas.José y Mariel Alvarado comentan que ven con buenos ojos los esfuerzos por parte de la gobernadora del estado, Ivonne A. Ortega Pacheco, en buscar los lazos de unión con las navieras a fin de que están piensen en regresar lo antes posible a Yucatán.Mientras no entra dinero por ningún lado, tenemos que dedicarnos a la pesca y a la venta de productos del mar porque ir a la playa a prestar el servicio de paseos en banana no es redituable ni en fines de semana porque no está llegando mucha gente que digamos, comentaron.Pro su parte, Paulo Antonio Arjona Jiménez dijo que la cancelación en el arribo de las naves es tema de preocupación pero no sólo para los artesanos sino también para los restauranteros y demás prestadores de servicio como masajistas, rentadores de paeos acuáticos y motos, peinadores, quienes ofrecen tatuajes y artículos varios tanto en la Casa de la Cultura como en la avenida del malecón.Nosotros tenemos la fe en que regresen los barcos lo único que falta saber es cuando, porque están diciendo por allí que puede ser que no vuelvan sino hasta después del 20 de junio, entonces uno tiene que ver como saca para la comida, afirmó.Asegura que cuando llegaban las naves de recreo sacaba ganancias de hasta por ochenta dólares en una jornada de dos embarcaciones.En cambio cuando sólo llegaba una de ellas y a parte si traía como pasajeros a pura gente de la tercera edad las ganancias se reducían en un 60% logrando sacar nada más de veinte o diez dólares, recordó.Tengo 43 años de edad y antes de ser comerciantes de artesanías me dedicaba al mundo del circo participando como trapecista, maestro de ceremonias y hasta de cómico y payaso ("Palaclaño") en circos como el Atayde y el de Edgar Vivar pero el sueldo era poco y mejor decidí entrar al mundo de las artesanías que me han dejado algunas satisfaccciones aunque no descarto volver a enfundarme algún día un traje de payaso, comentó.Esperamos que el regreso de los barcos se dé pronto porque nos está afectando a los que dependemos directa o indirectamente de ellos, porque quieras o no Progreso de alguna manera sobrevive su economía con el arribo de las naves siendo la segunda actividad más redituable después de la pesca, y si estos no llegan la economía de los progreseños se desploma, finalizó.
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