martes, 9 de octubre de 2012

EDITORIAL


"El oficio del crítico es incómodo”.
El crítico es un solitario. No puede haber equipo. La conciencia no puede tener camiseta. Se es observador del juego y sus reglas. La euforia de los victoriosos y la congoja de los derrotados son asuntos de los contendientes y nada más. Las antipatías deben ser dominadas. También las simpatías. Ni detractor ni porrista sistemático. El estado de ánimo no puede guiar la pluma. Un amargado no puede ser un buen crítico. Tampoco el optimista ciego."
"Pero quizá uno de los expedientes más difíciles para un crítico sean las amistades. Curiosamente cuando los amigos son simples ciudadanos casi siempre coinciden con él. Es cuando adoptan un equipo que comienzan las dificultades. Entonces el crítico ya no es del todo confiable porque no está con ellos. Es peor aún cuando se vuelven actores, pues se sienten traicionados. ¿Cómo escribiste eso, si tú eres mi amigo? ¡Jamás lo imaginé de ti! Por desgracia con frecuencia los amigos no saben colocar el entramado humano por arriba de la política que se mira vulgar frente a la amistad. El azar de las contiendas es lo que va y viene. Lo otro, lo que une a los seres humanos, está en la profundidad de nuestras entrañas. Es mucho más interesante penetrar a las raíces de la amistad que a una elección. Los amigos con frecuencia le piden al crítico fidelidad a su causa y, por lo tanto, traición a su oficio."
Entendemos la posición del político, pero  no se enojen, que recuerden que en parte el cambio que estamos viendo se debe a una crítica cada vez más independiente. Pero sobre todo les pido que tengan presente que antes que político o correligionarios fuimos (somos) amigos".
Y para decirles a mis amigos políticos, que los tengo y en buen plan, que ellos son parte del sistema; son políticos, tienen un interés, un fin determinado y tienen el poder en sus manos. Yo, simplemente soy periodista, y sigo siendo el amigo, su amigo, a pesar de la crítica más dura, salvaje (como nos dicen) y mordaz que puedan leer. No soy enemigo, al contrario soy amigo, el amigo de todos ustedes. y si criticamos es porque consideramos que es la única manera de que el político o el poderoso se entere de cuanto sucede a su alrededor y no le informan pues, sépase que el gobernante, es para desgracia de él y de sus gobernados,  el hombre peor informado de su reino y no porque no tenga los elementos, no, es así porque a sus colaboradores, a sus cercanos colaboradores no les conviene o no les interesa que se entere de todo, pero lo que se dice todo.
El café, la charla entre los amigos para retroalimentarse, puede esperar y tal vez se dé cuando ya no haga falta, cuando la mala cabeza de quienes los rodean, lo permita, pero mientras observando esperamos, como siempre.

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