Con una prueba para medir la resistencia en las piernas denominada Sargent Lewis, este lunes llegó el programa “Ponte al 100” al Colegio de Bachilleres plantel Progreso, donde los jóvenes estudiantes se mostraban entusiasmados por conocer este proyecto que busca medir la calidad de la salud de los habitantes del puerto y crear el hábito de mantenerse en buenas condiciones con una actividad física y una alimentación adecuada.
“Ponte al 100” nace con una vocación replicable y amplificable con el objetivo de diseñar programas personalizados de activación física y nutrición a través de la medición de la “Capacidad Funcional” para el bienestar de la población mexicana.
El programa, probado con éxito en un primer plan piloto como una buena práctica, incluye un esquema de capacitación que permite su implementación a lo largo del país. Ponte al 100 pretende medir, evaluar y cambiar las actitudes de los participantes con una actividad física y una alimentación adecuada.
El proceso es dividido en 11 pasos, el Primer paso es la elaboración de un cuestionario de hábitos personales, que incluye datos como tiempo que se dedica al ejercicio, tipo de dietas entre otros aspectos; en Segundo paso es la toma de signos vitales como la Oximetría que consiste en la medición de los niveles de oxígeno en la sangre y la presión sanguínea, con el Baumanómetro se toma la tensión arterial diastólica y sistólica.
Como Tercer paso es el Estadimetro, que es medir la estatura de pie, y también el sentado de cada participante; Cuarto paso es el posturómetro y pantógrafo con estos aparatos se analizan la postura, longitud de los brazos así como de las pisadas (plano, normal y cavo).
Quinto paso es la báscula de bioimpedancia que registra el peso corporal de pie, en posición de lagartija y porcentaje de grasa; en Sexto paso es la prueba de equilibrio donde se mide la habilidad en el equilibrio sobre la planta del pie.
En Séptimo paso es la prueba de atención que consiste en realizar una serie de secuencias a través de la memorización de luces y sonidos con un aparato llamado SIMON FLASH, el objetivo es presionarlas en el mismo orden y consecuencia una a la vez, se tienen tres intentos para lograr 8 secuencias de luz y sonido sin errores.
En Octavo paso están las pruebas de fuerzas en los brazos, abdomen y flexibilidad; en un Noveno paso es la rutina Sargent Lewis que contempla la evaluación de la fuerza y la resistencia de los músculos de las piernas, por lo que el evaluado se pone de pie a un lado del potenciómetro con el brazo hábil levantado y dedos de la mano extendidos, el evaluador ajusta la medida del aparato exactamente a la altura de la punta del dedo, el evaluado realizara tres intentos para obtener el máximo de altura y el mejor de estos se anota en una hoja de captura.
El Décimo paso es una prueba de velocidad que consiste en medir la agilidad y velocidad en la carrera entre dos líneas separadas por 10 metros. Y por último, el onceavo paso es la prueba de Course Navette que es una carrera a 20 metros como un test de actitud cardiorrespiratoria que mide la potencia aeróbica máxima e indirectamente el consumo máximo de oxígeno.
La Directora de Educación, DIF y Cultura del Ayuntamiento de Progreso, Ihavany Hernández García señaló que este programa es apoyado por todos los niveles de gobierno desde federal, estatal y municipal para mejorar la salud de los habitantes.
Por su parte Hugo Traconis Várguez, jefe del Departamento de Activación Física del IDEY e Irving Castillo Ávila, Director de COBAY Progreso, coincidieron en que este programa es una gran oportunidad que ofrece el gobierno federal, por lo que se traen todos estos implementos para hacer las pruebas y porque el proyecto es tener una mejor calidad de vida.
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