Por Edilberto Quezada Domínguez
Amigo
lector a continuación, gracias al espacio que
presta a la comunidad El Semanario OPCION “El periodismo independiente
que hace historia” tenemos la
oportunidad de hacerlo destinatario de este pequeño aporte cultural, desde
luego rematado al final con un comentario personal, esperando que sea de su
agrado (a algunos, estoy consciente, para nada les agradara)
“El
término “ostracismo” proviene del griego ostrakismos que prácticamente
significa destierro. En la antigua Grecia, en la democracia Ateniense se practicaba un ejercicio político
denominado “La Ley ostracida”.
Esta consistía en una reunión anual de la
asamblea en la cual se votaba de modo abierto en que si debía proceder a un ostracismo
(destierro), no había un debate y los nombres de los candidatos no se
revelaban, si el resultado era positivo volvían a tener una votación pública
dos meses después donde cada ciudadano que deseaba
votar, inscribía sobre un fragmento de cerámica o eventualmente en una concha
de ostra (de ahí la palabra ostracon,) el nombre
del sujeto cuyo destierro le parecía necesario para el bien público. No había a
continuación un debate. Siempre que había una mayoría absoluta de votos, la
persona cuyo nombre aparecía debía abandonar la ciudad en el plazo máximo de
diez días y permanecer exiliada durante diez años.
El exilio no era nunca permanente y,
además, la persona exiliada no perdía jamás sus derechos como ciudadano e incluso
podía ser perdonado por una nueva votación de la asamblea. Era un
mecanismo de autodefensa popular, contra la tiranía. “
Estimado lector, podemos decir que esa ley
griega fue creada con una fuerte connotación anticorrupción, de lo más
destacable es que ni siquiera tenía que existir una denuncia para aplicarla,
sino que la asamblea simplemente se juntaba anualmente y si la situación de la
comunidad no era la idónea se promovía un destierro y se aplicaban a aquel
funcionario público que pensarán que lo mereciera ya sea por abuso, beneficio,
omisión o negligencia, en su cargo.
Este tipo de leyes fue lo que hicieron de
la antigua Grecia la madre de la cultura occidental, sin embargo debido a la
naturaleza humana no hubo manera de evitar que se usara como un mecanismo para deshacerse de enemigos
políticos, sin embargo imagínese usted como ciudadano, que esta ley, en su más
pura esencia, se aplicara actualmente en nuestro sistema político en los tres
niveles de gobierno, ahhh… imposible, no habría lugar donde albergar a tantos
corruptos.
Pero
aquí en nuestro México, como no se puede hacer eso, no los expulsamos ni
siquiera de sus funciones públicas, sino todo lo contrario se les premia, se
les dan nuevas direcciones, posiciones a sus familiares, los ascienden a otros
niveles de gobierno, etc. etc. No importa que se les haya acusado de malos
manejos, de adquisiciones de propiedades y terrenos, protección a la
delincuencia, de fraudes en sus anteriores departamentos, nada importa, de
hecho no estamos en la antigua Grecia, estamos en el México moderno, donde como
diría mi difunta abuela: estamos en un establo en donde los bueyes no se dan
cornadas
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