En el marco del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2013, la luchadora social guatemalteca, Rigoberta Menchú Tum, hizo un llamado desde Yucatán para evitar continuar con la victimización de los pueblos originarios y propuso impulsar una organización económica de desarrollo basada en la educación, que les permita a éstos insertarse en el mercado mundial.
En rueda de prensa, tras dictar su conferencia magistral y recibir de manos del Gobernador Rolando Zapata Bello, la medalla “Yuri Knórozov”, Menchú Tum insistió en la necesidad de crear un sistema económico que beneficie a las comunidades mayas, que podría basarse en un modelo de cooperativa o de empresa comunitaria, hasta negocios familiares para abrir una puerta a la dinámica global.
“No es que el mercado esté en contra de los pueblos indígenas o el tipo de comercio de otros sobre ellos, sino que los civilizaciones originarias creen su propio sistema económico”, subrayó la también Embajadora de Buena Voluntad por la Organización de las Naciones Unidas para la Paz, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés).
Ante la réplica de la fachada del principal edificio de la zona arqueológica de Ek-Balam, al interior del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida, la ex candidata a la presidencia de Guatemala señaló que es urgente dialogar acerca de un nuevo modelo económico que beneficie a los pueblos indígenas, cuya producción es valorada en los mercados internacionales.
En ese sentido, precisó que el desarrollo integral debe partir de una comprensión amplia de los derechos humanos y la educación tiene que dar un salto, no sólo de calidad.
Sobre el particular, Rigoberta Menchú propuso que ese impulso económico forme parte de las políticas públicas, que puedan dar fuentes de trabajo e ingresos para las comunidades mayas, sin victimizarlas.
“No puede haber paz donde la gente tiene muchas necesidades. Hay un mercado internacional interesado en lo indígena, tenemos que desarrollar un modelo económico y empresarial, en el que las comunidades no tengan miedo”, remató.
Acompañada del secretario de Educación del estado, Raúl Godoy Montañez; y de Anita Menchú Tum, su hermana menor, la activista por los derechos humanos expresó que el rezago en el que viven algunas comunidades es indignante e inaceptable, no sólo entre los pueblos originarios sino en la humanidad entera.
A pregunta expresa, la también condecorada con la presea “Yuri Knórozov” reconoció que persisten actitudes racistas hacia los pueblos indígenas, por lo que consideró necesario que se dé un salto cualitativo en la educación.
Por último, Rigoberta Menchú señaló que el FICMaya ha permitido visibilizar a esa ancestral civilización, por lo que reiteró que hay que aprovechar ese foro para recoger las propuestas que permitan implementar acciones que contribuyan a lograr una mejor calidad de vida entre las comunidades de los pueblos originarios.
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