Agentes de la Policía Ministerial Investigadora adscritos a la Comandancia de Delitos Patrimoniales, acudieron al oportuno llamado del gerente de un banco localizado en el centro comercial denominado Gran Plaza, quien había reportado que momentos antes una pareja estaba tratando de cobrar dos cheques con datos falsificados, señalando que en días anteriores ya se habían suscitado problemas similares en otras sucursales bancarias.
Al sitio se presentaron varios agentes ministeriales que lograron visualizar a las puertas de la plaza a una mujer que coincidía con las señas proporcionadas por el gerente, misma que estaba acompañada de dos sujetos que rápidamente huyeron al ver a los agentes, procediéndose a verificar si se trataba de la misma mujer reportada y al corroborarse se procedió a interceptarla.
Para el caso, ésta ya estaba retirándose, empujando a los agentes y gritando que ella no había hecho nada, por lo que se le indicó que estaba señalada por el gerente de un banco de la plaza por haber intentado cobrar un cheque falsificado, tornándose aún más grosera e insultando a los agentes negándose a detener.
Como parte de la diligencia se le pidió que sacara los documentos que llevaba en su bolso, por lo que comenzó con amenazas a los representantes de la ley, gritando que no sabían con quien se estaban metiendo y que si no la dejaban ir ella se encargaría de que perdieran su trabajo.
Acto seguido, la fémina intentó agredirlos a patadas, por lo que se procedió a su detención y al estarla abordando a una patrulla ministerial, un sujeto se aproximó y trató de evitar que se la llevaran, empujando a los agentes, procediendo de igual forma a detenerlo por interferir en la labor policíaca.
Al ser interrogada, la mujer dijo llamarse Karla Maritza Burgos Sánchez, de 38 años de edad, casada, comerciante, natural y vecina de ésta ciudad con domicilio en la Colonia Miguel Alemán, quien refirió que es esposa de uno de los sujetos con quien había sido vista, de nacionalidad cubana, pero que no estaba haciendo nada fuera de la ley, pues sólo quería cambiar dos cheques, uno de los cuales se lo había llevado su esposo, quedándose ella con uno por la cantidad de 80 mil pesos.
Al hacerle notar que ambos cheques presentaban anomalías en las firmas y datos, terminó aceptando que en efecto, sabía que su esposo se dedicaba al fraude, aunque ella no tenía nada que ver y sólo estaba intentando cambiar un cheque, ofreciendo entonces la cantidad de mil 450 pesos a los agentes para que la dejaran ir, señalándole que ese hecho agregaba otro delito a su detención.
Por su parte, el sujeto que había intentado evitar que detuvieran a la mujer, dijo llamarse Roberto Reynaldo Soberanis Carrillo y que solo estaba tratando de evitar que detuvieran a la esposa de su amigo, quien se había dado a la fuga junto al otro sujeto no identificado, quedando en el área de seguridad de la Fiscalía en donde tras revisar el caso, se determinó que sólo ella había incurrido en el delito, turnándose entonces a la fémina al penal junto a los documentos y el dinero con que había querido sobornar a los elementos, para quedar a disposición del Juez Penal.
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