Después
del ajetreo de la noche buena, la mañana
de este martes 25 fue “muerta”,
pues las calles del primer cuadro de la ciudad y de las colonias lucían semidesiertas y solo se observaba por algunos sitios, a una que otras familia que acudían casas de los amigos y los
familiares, para felicitarlos y tomar
parte en el famoso “recalentado”
El comercio, las
oficinas y demás sitios como es de suponer estaba cerrado, y la actividad era
mínima, aunque eso si, había hogares en donde la fiesta se prolongó por varias
horas y
se les podía observar en la continuación de la celebración.
En el primer
cuadro de la ciudad, el movimiento era
mínimo y contrastaba con la inusitada actividad que se
vivió horas previas a estas celebraciones en que todo era bullicio
animación y carreras para elaborar la cena de esta noche buena, pero este martes el panorama era diferente.
En la estación
de camiones solo se observaba una que otra persona que acudía para tomar la
unidad y desplazarse a sus centros de trabajo.
Además desde temprana hora, se
apreciaba en las calles a guardias de seguridad y policías que al salir de turno daban paso a
los compañeros que este 24 no
trabajaron.
Fuera de
ahí la actividad era mínima, aunque eso
si se podía observar a grupos de niños en las calles presumiendo los
juguetes que les trajo Santa Claus y se les veía
reír y correr en las cercanías de sus casas.
Los mas
aventados, se daba a al tarea de reventar bombitas y petardos, ya que aunque se
dijo que estaba prohibida su venta, estos artefactos proliferaron por doquier y
su uso fue mas que notorio en casi todos los hogares.
En las colonias,
solo uno que otro comercio o tienda de la esquina abrió sus puertas para atender a los vecinos de la zona, aunque como
dijo el señor Edilberto Pérez Cua, casi nadie acude a comprar pues todos estas
en sus casas siguiendo la fiesta y otros mas ya están durmiendo para reponerse
de la desvelada, por lo que no creemos vender mucho dijo, pero hay que
abrir el negocio por si alguien necesita
algo acotó.
Así en pocas palabras transcurrió la mañana y parte de
la tarde de este martes de la natividad en que el puerto estaba en un gran
letargo, aunque ya para la tarde, las cosas empezaron a volver a la normalidad, al reintegrarse las familias
a sus quehaceres cotidianos y prepararse para la próxima semana en que llega a
su fin este año al que le restan solo 6 días para concluir
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