La señora Cristian Bartola de la Cruz Cano recibió este día de manos del director General del Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY), Lic. Humberto Gómez Mendoza, su casa totalmente rehabilitada que perdió en un siniestro la semana pasada.
-Aquí está tu casa. Totalmente rehabilitada. !Cuídala! –dijo el funcionario, mientras entregaba las llaves de la vivienda, con techo nuevo, recién pintada, con ventanas y puertas, lavabo, muebles de baño, también nuevos.
-Parece que aquí nada sucedió- remarcó.
-¡Gracias! –contesto Cristian, quien abrió la puerta, recorrió el interior y constató que prácticamente todo estaba mejor que antes.
-Lo único que me falta –dijo- son mis muebles.
Gómez Mendoza giró instrucciones para que inmediatamente se le entregue dos hamacas y para que se hagan las gestiones necesarias ante la Gobernadora a fin que la familia pueda recuperar, a la brevedad posible, parte de lo perdido en el incendio del jueves pasado.
La mujer, originaria de Tabasco, de 23 años, con cuatro hijos (Jonatán de 8; Jesús, de 3; Abigail, de 2 y Cristopher de 4 meses), casi inexpresiva, nuevamente contestó: ¡Gracias!
Mientras recorría su vivienda, evocó lo que sucedió aquel fatídico jueves: no desconecté el contacto múltiple, llevé a mi bebé al médico y a eso de las 12:30, mis vecinos rompieron la puerta para apagar el fuego, pues temían que explotara el tanque de gas que tengo en el interior, perdí todo.
-Pero aquí está como si nada hubiera pasado -dijo Gómez Mendoza.
Cristian Bartola de la Cruz Cano lleva 12 años residiendo en Progreso. Ella vivía en la ciénaga, cerca de la zona de las discotecas. Allí había establecido una modesta vivienda de láminas de cartón y palos, y pasada apuros con las inclemencias del tiempo, pero ahora tiene nuevamente, casa firme y propia en Flamboyanes.
Gómez Mendoza explicó que en esta obra de rehabilitación de la casa siniestrada, el IVEY invirtió ente 27 a 30 mil pesos en techos, paredes, cableado eléctrico, canceles, puertas, ventanas y cristales, así como en tarja de cocina y muebles de baño.
Mientras se oficializaba la entrega, los hijos de Cristian corrían alegres en su recuperada casa. Este fin de semana, según cuenta, tenía la intención de vender la chatarra de los muebles quemados, pero un vecino –no sabe quien-, se adelantó y vendió todo al chatarrero.
-Aquí está tu casa. Totalmente rehabilitada. !Cuídala! –dijo el funcionario, mientras entregaba las llaves de la vivienda, con techo nuevo, recién pintada, con ventanas y puertas, lavabo, muebles de baño, también nuevos.
-Parece que aquí nada sucedió- remarcó.
-¡Gracias! –contesto Cristian, quien abrió la puerta, recorrió el interior y constató que prácticamente todo estaba mejor que antes.
-Lo único que me falta –dijo- son mis muebles.
Gómez Mendoza giró instrucciones para que inmediatamente se le entregue dos hamacas y para que se hagan las gestiones necesarias ante la Gobernadora a fin que la familia pueda recuperar, a la brevedad posible, parte de lo perdido en el incendio del jueves pasado.
La mujer, originaria de Tabasco, de 23 años, con cuatro hijos (Jonatán de 8; Jesús, de 3; Abigail, de 2 y Cristopher de 4 meses), casi inexpresiva, nuevamente contestó: ¡Gracias!
Mientras recorría su vivienda, evocó lo que sucedió aquel fatídico jueves: no desconecté el contacto múltiple, llevé a mi bebé al médico y a eso de las 12:30, mis vecinos rompieron la puerta para apagar el fuego, pues temían que explotara el tanque de gas que tengo en el interior, perdí todo.
-Pero aquí está como si nada hubiera pasado -dijo Gómez Mendoza.
Cristian Bartola de la Cruz Cano lleva 12 años residiendo en Progreso. Ella vivía en la ciénaga, cerca de la zona de las discotecas. Allí había establecido una modesta vivienda de láminas de cartón y palos, y pasada apuros con las inclemencias del tiempo, pero ahora tiene nuevamente, casa firme y propia en Flamboyanes.
Gómez Mendoza explicó que en esta obra de rehabilitación de la casa siniestrada, el IVEY invirtió ente 27 a 30 mil pesos en techos, paredes, cableado eléctrico, canceles, puertas, ventanas y cristales, así como en tarja de cocina y muebles de baño.
Mientras se oficializaba la entrega, los hijos de Cristian corrían alegres en su recuperada casa. Este fin de semana, según cuenta, tenía la intención de vender la chatarra de los muebles quemados, pero un vecino –no sabe quien-, se adelantó y vendió todo al chatarrero.
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