La preocupación por los efectos negativos del colesterol alto en gran parte de la población del Estado impulsó a un grupo de investigadores, encabezado por Xóchitl Domínguez Benetton, a iniciar la experimentación para obtener un fármaco de producción local que los disminuya.Los avances de proyecto fueron presentados hoy en el simposio “Salud”, en el Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”, en el marco del ciclo de conferencias del Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado (Siidetey), iniciado en enero.El proyecto de investigación aplicada, que inició en agosto de 2009, consiste en desarrollar el primer prototipo de fármaco de liberación controlada, mediante la fermentación del arroz con el hongo monascus purpureus, que sirva como tratamiento para reducir el colesterol. El propósito de producir el fármaco es evitar las complicaciones del colesterol alto, que pueden ser tumores, diabetes, insuficiencia renal, morbilidad e incluso la muerte, además de que representan una carga importante para el Sector Salud. “Se trata de la obtención de un fármaco que se llama lovastatina, que es útil en la reducción de los índices elevados del colesterol en la sangre, sobre todo para personas que tienen problemas relacionados con la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares”, explicó Xóchitl Domínguez, en entrevista.“Estos problemas tienen incidencia en la población a nivel nacional y especialmente en el sur-sureste, que es una de las regiones con más alta marginación social y productiva del país”, agregó la profesora-investigadora de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Autónoma de Yucatán. Durante su exposición, ante un público de especialistas en salud de diversas instituciones, la investigadora mencionó que en México existen 250 empresas farmacéuticas, de las cuáles 46 se sostienen con capital extranjero.Sin embargo, sólo 26 del total fabrican los agentes activos de sus medicamentos y dos de ellas producen biofármacos, es decir, utilizan agentes biológicos, en lugar de químicos.Domínguez Benetton puntualizó que en la mayoría de las industrias farmaceúticas en México compra un principio activo, le hace alguna modificación y lo revende. Con esa forma de operar se cubre el 80 por ciento de la necesidad de medicamentos en el país, pero refuerza la dependencia tecnológica. “La innovación en México es inaplazable e indispensable en la materia. Se requiere crear industrias con base tecnológica en la región y podemos empezar por un desarrollo farmacéutico”, afirmó. El proyecto “Obtención de estatinas por fermentación de arroz para la elaboración de un fármaco utilizable en la reducción de desórdenes causados por diabetes y obesidad” es financiado mediante los Fondos Mixtos de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica, con una inversión de dos millones de pesos.
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