Los rayos vespertinos del sol viejo, el último de este Baktún, cayeron sobre la ceiba sagrada. Centenares de niños, ataviados con la vestimenta típica del Mayab rodearon el gran árbol y le agradecieron la vida, el amanecer, las tristezas y alegrías: así comenzó una travesía por las tradiciones de Yucatán, representada por integrantes del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena del poblado de Xocén.
Ante el secretario de Fomento Turístico, Saúl Ancona Salazar y decenas de visitantes de diversas latitudes, el grupo, dirigido por María Alicia Martínez Medrano, dio vida a festividades propias de la región, situaciones cotidianas que tienen cabida en comunidades del interior del estado y costumbres arraigadas en la cultura de los yucatecos.
Todo ello, teniendo de escenario un entorno natural, rodeado de vegetación nativa, foro enriquecido con chozas de bajareque y brocales de pozos, asemejando el centro de cualquier población.
Por cerca de dos horas, 278 personas, entre niños, mujeres y hombres oriundos de este místico lugar, hogar de la Santa Cruz de piedra, llenaron con su talento el teatro al aire libre y compartieron el legado de sus ancestros transformado en celebraciones religiosas, fiestas, jaranas, juegos y ritos fúnebres.
"Si destruimos la tierra habremos destruido la vida y de nada habrá servido nada", dijo el H'men Fermín Dzib May, mientras con hojas de limonaria purificaba a los espectadores.
En ese momento, de los costados del terreno sede de esta obra, salieron mestizas portando con orgullo el traje regional y con destreza dejaron que el ritmo de los "Aires del Mayab" se adueñara de sus pies, zapateando con habilidad hasta motivar los aplausos de los presentes.
La bendición del maíz, los rezos a las almas que descansan en el recuerdo, la algarabía de la fiesta del pueblo con sus corridas de toros y "voladores", fueron momentos que pasaron en cuestión de minutos ante la mirada del público, como un breviario de la riqueza cultural de Yucatán.
Este esfuerzo, resultado del trabajo de 23 años de investigación, permite la difusión de las costumbres que atesoran los descendientes de los mayas de ayer, al tiempo de fomentar en los habitantes de las comunidades del oriente del estado, el gusto por preservar sus tradiciones.
El ocaso marcó el final de la presentación, los tonos multicolores del hilo contado resaltaron con la llegada de la luz nocturna, el sol se despedía tras cinco milenios de haber irradiado luz.
Entonces, el maíz fue repartido entre los asistentes, como para no olvidar nuestro origen. Mientras tanto, el H'men regresaba al sitio sagrado de la ceiba para atestiguar el arribo de un nuevo ciclo.
Estuvieron presentes en la presentación de la puesta en escena, el alcalde de Valladolid, Roger Alcocer García; el jefe del departamento de Fomento Turístico de la comuna vallisoletana, Noé Rodríguez Cervera y el comisario de Xocén, Amado Abán May.
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