Como cada año desde 1996, el pasado domingo, último de octubre, se atrasaron los relojes una hora a partir de las dos de la madrugada, para dar paso al horario de invierno y recuperar así 60 minutos que se “fueron” el primer domingo de abril, con el horario de verano.Para algunos, el ajuste de los relojes implicará una hora más de sueño o fiesta, pero para otros, , representan 60 minutos más de labores, de manera que el cambio de horario generará reacciones encontradas.Como es costumbre, las autoridades recomendaron atrasar una hora los relojes antes de acostarse a dormir la noche del sábado, a fin de evitar contratiempos el domingo en la mañana.El ajuste de tiempo se hacen tres países de América del Norte, Canadá, Estados Unidos y México, a fin de mantener su correlación de husos horarios.En nuestro país se efectúa hará también en las tres zonas horarias: la del Centro, que agrupa a 26 estados, entre ellos Yucatán; la del Pacífico, que corresponde a Baja California (con la que hay 2 horas de diferencia) y la de la Montaña, que incluye a cinco estados del Noroeste (una hora).El gobierno dice que el cambio de horario permite aprovechar mejor la luz solar y ahorrar en consumo de energía y el uso de combustibles para generar electricidad.
La percepción popular es otra, más aún que en estas fechas la CFE reduce el subsidio en el recibo de luz.Investigadores de diversas dependencias han afirmado que el cambio de horario no afecta el reloj biológico del ser humano, aunque la gente dice que si.
La Dirección
La percepción popular es otra, más aún que en estas fechas la CFE reduce el subsidio en el recibo de luz.Investigadores de diversas dependencias han afirmado que el cambio de horario no afecta el reloj biológico del ser humano, aunque la gente dice que si.
La Dirección
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