La seguridad de los asistentes al II Informe Ciudadano estuvo garantizada en todo momento por parte de la Secretaría estatal de Salud.
Brigadas de la dependencia se encargaron de efectuar recorridos por los puntos de concentración, mientras que en sitios estratégicos se colocaron módulos donde se repartió gel antibacterial.
Desde muy temprana hora, en los alrededores de la plaza principal, la calle 60 y los teatros “José Peón Contreras” “Daniel Ayala Pérez” y “Mérida”, personal de Salud comenzó la instalación de los módulos que con el lema “En Yucatán queremos cuidarnos bien”, se encargaban de garantizar la higiene de los asistentes.
Con trato amable y sin distinción de edad y sexo, el personal de los SSY se encargaba de aplicar el gel en las manos o bien, repartía sobres con el producto.
“Buenas tardes, ¿me permite aplicarle?”, “Disculpe, ¿me permite entregarle estos sobres?”, fueron las frases que caracterizaron la labor de los brigadistas hacia los cientos de asistentes.
Compañeros suyos se dieron a la tarea de realizar constantes recorridos de supervisión para garantizar que no hubiera problemas de desabasto.
Las medidas de higiene, en el caso de los teatros, no solamente se centró en la aplicación y entrega de gel antibacterial, pues a cada uno de los asistentes se le tomó la temperatura.
Asimismo, en prevención de otros incidentes, como mareos o caídas, se dispuso de ambulancias ubicadas estratégicamente.
Brigadas de la dependencia se encargaron de efectuar recorridos por los puntos de concentración, mientras que en sitios estratégicos se colocaron módulos donde se repartió gel antibacterial.
Desde muy temprana hora, en los alrededores de la plaza principal, la calle 60 y los teatros “José Peón Contreras” “Daniel Ayala Pérez” y “Mérida”, personal de Salud comenzó la instalación de los módulos que con el lema “En Yucatán queremos cuidarnos bien”, se encargaban de garantizar la higiene de los asistentes.
Con trato amable y sin distinción de edad y sexo, el personal de los SSY se encargaba de aplicar el gel en las manos o bien, repartía sobres con el producto.
“Buenas tardes, ¿me permite aplicarle?”, “Disculpe, ¿me permite entregarle estos sobres?”, fueron las frases que caracterizaron la labor de los brigadistas hacia los cientos de asistentes.
Compañeros suyos se dieron a la tarea de realizar constantes recorridos de supervisión para garantizar que no hubiera problemas de desabasto.
Las medidas de higiene, en el caso de los teatros, no solamente se centró en la aplicación y entrega de gel antibacterial, pues a cada uno de los asistentes se le tomó la temperatura.
Asimismo, en prevención de otros incidentes, como mareos o caídas, se dispuso de ambulancias ubicadas estratégicamente.
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